El agua y las generaciones futuras

Desde el Foro de Seguridad Hídrica promovemos la plena realización del Derecho humano al agua y al saneamiento para las infancias. Este derecho involucra otros derechos como a vivir en un ambiente sano, a tener una vivienda, a la salud, al acceso a los servicios sanitarios y a una alimentación adecuada. Apoyamos toda acción que busque el bienestar de las niñas y los niños ya que a nivel mundial hay aproximadamente 1.000 millones de infantes que viven en países donde el riesgo de sentir los efectos del cambio climático es “extremadamente alto”.

Los desafíos para el cumplimiento del Derecho humano al agua y al saneamiento en México son complejos. A pesar de los esfuerzos por tener una cobertura de abastecimiento de agua entubada en el país, mayoritariamente la población de las comunidades rurales carecen de un sistema de agua potable y de un sistema tratamiento de aguas residuales adecuado, esto significa que no es posible que muchas niñas y niños y sus familias disfruten de sus derechos al agua potable y el saneamiento.

Cifras en México

De acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía la población mexicana cuenta con 31.8 millones de niñas y niños de 0 a 14 años de edad, lo que representa el 25.3% de la población total. Asimismo, se estima que 5.4% de las niñas y los niños de 3 a 14 años hablan alguna lengua indígena y 1.7% son afromexicanos o afrodescendientes.

Las condiciones materiales de las niñas y niños en hogares donde se habla alguna lengua indígena son en general distintas de las que tienen sus pares de hogares no indígenas. En el primer grupo, sólo en seis de diez casos la vivienda cuenta con servicio de energía eléctrica, agua entubada, drenaje y piso firme, mientras que, en el segundo, esto ocurre en nueve de cada diez.

Fuente: INEGI, 2021

*La historia del colibrí se originó con el pueblo quechua en Perú.

Fuente: UN-WATER

ANTIGUA FÁBULA DE UNA COLIBRÍ

«Cierto día se declaró un incendio en el bosque 
y todos los animales huyeron despavoridos. 
Sin embargo, tras ponerse a salvo, se quedaron pasmados contemplando las llamas, sumidos en el terror y la tristeza.
Por encima de sus cabezas, una colibrí iba y venía del fuego, una y otra vez.
Los animales más grandes preguntaron a la colibrí qué estaba haciendo.
—Vuelo al lago a por agua para ayudar a apagar las llamas.
Los animales se echaron a reír y exclamaron:
—¡Tú sola no puedes extinguir el incendio!
—Es cierto —contestó la colibrí—, pero estoy aportando mi granito de arena».